miércoles, 13 de septiembre de 2017

Caminos por recorrer.

Llega la segunda entrada de septiembre. Una charla de David Perkins que, con su manera magnífica de expresarse, nos ilustra algunos caminos que tiene que recorrer la educación en la actualidad.

En seis minutos de discurso nos habla de la necesidad de un cambio educativo en dos esferas importantes de la educación; ¿cómo enseñar? (la metodología) y, una que suele ser olvidada, ¿qué enseñar? (los contenidos).

Compartiendo está visión con Perkins, desde hace algún tiempo me he centrado en descubrir ¿por qué tratamos de enseñar lo que enseñamos? Es decir, en la parte de ¿qué enseñar? Sin embargo, la tendencia educativa en los últimos años está centrada en conocer la metodología que consigue motivar a alumnado, pero ¿por qué tiene que aprender eso que se pretende que aprenda a toda costa? Nada más lejos de la realidad, me topo a menudo con el discurso que hace alusión al mercado laboral cambiante. Incluso Perkins, que aboga por un cambio, también nos habla de la necesidad de educar para el oficio. Esto me hace recordar a Nico Hirtt, que en su libro ‘Los nuevos amos de la escuela’ (libro de obligada lectura), nos dice que ya se ha llegado al punto que no debatimos si la escuela imparte un derecho o un servicio, sino que ya es considerada un “proveedor de ‘capital humano’ para las empresas”. ¿Esto debe ser así?

Más adelante, aparece el tema sobre la tecnología educativa, que tiene tantos detractores como defensores. Sin querer desvelar estos seis minutos, me parece muy interesante el punto que nos ofrece sobre ella: la creación de entornos virtuales, que nos permiten ‘estudiar conceptos en forma activa’. Por tanto, en mi opinión, posicionarse en contra del uso tecnológico como premisa, supone tomar una posición que limita nuestras posibilidades y las que nos ofrece algún que otro software, considerémoslas.

No te pierdas está entrevista, sólo 6 minutos: Entrevista a David Perkins

Lee, duda y escribe.

lunes, 4 de septiembre de 2017

No culpes a nadie.

Este poema alejandrino (14 sílabas por verso), que ya tiene algunos meses, sufrió distintas fases emocionales. Hasta llegado el punto de no tener claro si se trata de un poema alegre o melancólico. Así, el ego y la rabia salieron a relucir en estas palabras que son el retrato de meses de bajadas y subidas.

No culpes a nadie.

Algunos confunden tristeza con estar triste,
y llegan tarde a la fiesta y acaban siendo el chiste.
A esa gente: ‘no quieras estar, sino estuviste’.
Yo ya renuncié a sentirme mal por mis despistes.

Dame tus ‘buenos días’ y los ‘hasta mañana,
no me cambiéis los ‘hasta luego’ por un ‘adiós,
ni os venguéis con un ‘¿cómo estás?’ desde la ventana,
ya sabéis, sólo hace daño el que tiene los medios.

Resulta fácil ver la paja en el ojo ajeno,
pero nadie ve la cerilla, todos ven fuego.
Creéis que llegáis temprano, pero llegáis luego,
esperando a encontrar al más malo entre los buenos.

Ahogado en absurdas relaciones sociales
que saben lo que piensa el resto de los mortales,
pero no saben formar un pensamiento propio;
son rebaños, con la tecnología como opio.

Vendéis felicidad sin las posibilidades
y os delatáis con sonrisas en viejas postales.
Nunca fui bohemio, pero atesoré modales.
Mi vida también va entre mentiras y verdades.

Necesitáis más de una foto en cada posado.
La mejor de mis caras sin nada preparado.
No doy un buen perfil, pero estoy bien acompañado
nada como quedarse solo y ver quien hay al lado.

Vidas llenas de ornamentos, sois cuadros barrocos,
no me hace falta mostrar que vivo como pocos.
Recuerdo soñar con rapear ante los focos
y hoy un helado con mis sobrinos me vuelve loco.

Me costó comprender que lo que no acerca, aleja
y lo importante que llega a ser pasar de página.
El silencio es más eficaz de lo que imaginas
y el 'miedo a' siempre te sirve la muerte en bandeja.

De verdad, lo sabéis como yo, el presente es crítico,
los recuerdos de Facebook pueden ser trágicos.
'Futuro', la peli, con La Crisis que no muere
y tú no eliges lo que duele ni lo que quieres.

Como una bomba en explosión caí del tatami,
mas resurgí con la fuerza que tiene un sunami.
Olvidasteis que me adapto como un origami.
“Un fin es un principio”, dijo Ligth Yagami.

Estoy tan arriba que nunca entiendo vuestro odio.
Si cuido la autoestima y lo cuento en el folio,
no culpes a nadie del ego, lo construí yo.
En mitad del mar bravo hay pocos puntos de apoyo.

Como los Lakers, mucho tiempo reuniendo puntos,
mejor como Jimmy Liao, ‘no me preocupo.
Yo no digo las cosas claras, yo las escupo:
“vine a pasarlo bien, me da igual solo que juntos”.