Tanto tiempo esperando para retomar el blog. El problema era que en algún lugar recóndito de mí había guardado un pequeño reto: publicar este poema.
No hace poco escuché en una entrevista decir que la diferencia entre un rapero y un poeta era que el rapero necesita sacar su contenido. Contarlo. Quizá eso me acerque más al primero que al segundo. No sé si es verdad ni era consciente de ese lugar recóndito.
Este poema fue duro de escribir y, durante un tiempo, de leer. Ahora que puedo disfrutarlo como el que camina por un sendero que ha construido, os invito a que paséis y lo veáis desde la distancia. Esta vez no lo hagáis vuestro, no lo entenderíais.
Dormir pensando en Egipto.
No hace poco escuché en una entrevista decir que la diferencia entre un rapero y un poeta era que el rapero necesita sacar su contenido. Contarlo. Quizá eso me acerque más al primero que al segundo. No sé si es verdad ni era consciente de ese lugar recóndito.
Este poema fue duro de escribir y, durante un tiempo, de leer. Ahora que puedo disfrutarlo como el que camina por un sendero que ha construido, os invito a que paséis y lo veáis desde la distancia. Esta vez no lo hagáis vuestro, no lo entenderíais.
"Si buscáis explicaciones ni
las tengo ni las quiero
No necesito un por qué ya, no
necesito entenderlo.
Solo aceptar que soy complejo,
tirar y vivir con ello.
Dejé la espada en casa, a veces la
echo de menos. "
El Chojín- Recalculando ruta.
Dormir pensando en Egipto.
Aquellas
personas que rezan
quizá
no necesiten buscar una explicación.
Intentar
que esto lo haga mi cabeza
es
hacer que alcance su punto de ebullición.
Prohíbo
los pensamientos si me sale odiarte,
a
sabiendas de que a veces la culpa no es de nadie.
No
esperes que hable de mí si vengo
a
despojarme de mis sentimientos
pasadas
las diez y veinte de la noche.
Y
si por ti tengo un tiburón como coche,
no
es un detalle que me monte y ahogue
mientras
navega en un mar de música de la Vogue.
Si
cambiar las fotos es un problema,
imagínate
dormir pensando en Egipto, como nuestro lema.
Siempre
me quedará un dilema
y
es saber si cumpliremos nuestra promesa:
no
disfrazar un adiós de un hasta luego
y
volver a saber una vez que se apague el fuego.
Sin
rencores ni tampoco absurdos juegos,
dejando
también a un lado nuestro ego.
Y
a los que se lo cuento me hablan de ‘final feliz’,
como
si fuesen palabras que pueden ir juntas.
Amigos,
siendo sincero, no sabéis que decís;
prefiero
no escuchar el disparo una vez que me apuntan.
Me
he dado un tiempo para escribir,
esperando
que madurasen mis emociones
y
así entender tus explicaciones,
pero
aún me pregunto qué cojones te hizo huir.
A
sabiendas de que a veces no es de nadie la culpa
sé
que alguien tuvo algo que te sirvió de aúpa.
Me
jode que sea algo que no me reconocerás nunca.
No
va conmigo eso de culpar al suelo por hacerme pupa.
No
consuela haber hecho feliz a esos labios carmín
si
ya pasé a la historia como Las aventuras de Tintín.
No
hay poesía en la tristeza, dice El Chojín,
ni
tengo intención de hacer un poema de nuestro ‘Fin’.
Y
que vuelvan a tener sentido canciones
que
ocultó el olvido por las ilusiones
no
hacen más amenas estas situaciones:
intentar
volar mientras se caen los aviones.
Si
recordarte es volver a llorar,
dejé
de posar en una barandilla teniendo vértigo
y
la caída fue bestial:
lo
grave no es la pesadilla es ser el único testigo.
De
verdad que no pretendo hacer sangre,
si
no salir sin romper nada de nuestro enjambre.
Fuimos
de los mejores vinos que al final saben a vinagre,
te
dan la cena y acabas pasando hambre.
Vaciarme
hasta saciarme de saber que lo di todo,
pero
a veces todo no sirve de nada, como mi pecho,
que
me dice que no quiere ser tu almohada
a
pesar de todas las veces que lo ha hecho.
Y
yo, tan iluso, creía que nos quedaría París,
o
eso pensé yo mientras te veía ‘partir-
me’
a trozos como esas fichas del Tetris
que, desde que caen, sabes que no van a coincidir.
Si
mi mejor poema es ‘Sígueme a ver el universo’,
empujarme
no es la solución a esos versos.
Describí
en enero un mayo demasiado perverso
para
no atribuirle a mi pensamiento ningún sesgo.
Ahora
cobran sentido aquellas películas
que
nunca me gustaron, pero la realidad
no
nos permitirá vernos en un bar de jazz
donde
yo recitaré poemas, como en ‘La La Land.’
Y
ahora recuerdo con rabia la independencia
que
perseguías por culpa de mi presencia.
Viéndome
desde fuera tan ausente por tu ausencia…
he
de hacerme fuerte y volver a tomar conciencia.