Hoy
traigo un tema que para mí es un campo a descubrir dentro de la educación. Sin
embargo, cuando leo sobre él, suelo ser reacio a sus argumentos. No obstante,
he de reconocer que los avances en él pueden ser asombrosos y nos ayudarán a
mejorar nuestras prácticas educativas. Se trata de la ‘neuroeducación’. Y es que tal y como
nos explica Francisco Mora aprender depende, en gran medida, de nuestros
cerebros. Por tanto, el primer paso es conocerlos y reconocerles este hecho.
En
este tránsito de conocerlos, ya nos afirman algo realmente simple que pocas
veces cumplimos. Se educa, se enseña y se aprende a través de la emoción. Francisco
Mora nos habla de evocar a la curiosidad… pero, ¿qué es la curiosidad? Groso
modo es ‘aquello que despierta la
atención’.
No hay razón sin
emoción
Francisco
Mora – 2015
Compartiendo
lo que nos dice Francisco Mora, la cantidad de estímulos que hoy albergamos no
implica en sí mismo un problema para el aprendizaje, sino implica una necesaria
modificación de las maneras de aprender.
Por
último, hay que resaltar la parte final de la entrevista que nos habla de la responsabilidad
del maestro en el camino de la vida del aprendiz. Pues, cada día el cerebro de
los menores está cambiando de manera acelerada y el docente va a modificar
hacía un lado u otro la dirección de esos cambios.
Lee,
duda y escribe.
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